La parte positiva es que después van directas del campo a la mesa, y eso es un lujo, que merece el “sufrimiento” inicial. El día que se cansen ellos (me quedan solo unos años de mano de obra barata), me tocará recogerlas a mi y a mi mujer.
Con estas estupendas verduras se pude hacer una ensalada sencilla, a base de tomate, cebolla, patata y por supuesto las judías todo en frió.
Para empezar hay que hervir las patatas y las judías, y después dejarlas enfriar. Esto ya al gusto de cada uno, a mi las judías me gustan un poco al dente, hervidas 5 minutos y enfriadas con hielo, pero mi madre por ejemplo las hace mucho más y también están buenísimas cuando las hace ella.
La cebolla está mejor en este plato, si primero la "matamos" con vinagre y sal. Para ello cortamos la cebolla finita, y la ponemos en un cuenco al que añadimos sal y vinagre en abundancia, lo tenemos unos 10 minutos (cuanto más tiempo mejor). Después de ese tiempo las apretamos un poco y las limpiamos bien con un colador bajo el chorro del agua, para eliminar el vinagre y
Además los niños como han participado en el proceso de recolección se las comen muy a gusto.
Que aproveche!.
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