Una solución para una cena un poco más original de lo normal, y muy sencilla y rápida de preparar, es el Carpaccio.
Hoy en día se hacen carpaccios de todo, pero el original, el que fue bautizado inicialmente como Carpaccio es el de carne de ternera, y cuentan que lo inventó Giusseppe Ciprinai, en el Harrys Bar de Venecia, y que lo llamó así en honor del pintor Vittore Carpaccio, los cuadros del cual tenían unas tonalidades que recordaban al plato.
Es curioso que ahora le llamen Carpaccio a cualquier cosa cortada fina. Puedes encontrarte con un Carpaccio de peras, o uno de calabacines, uno de atún o de gambas, o un carpaccio de setas. Lo mismo pasa con otros nombres de otros platos, actualmente cualquier mezcla de dos líquidos en una salsa es una vinagreta (lleve o no vinagre), o cualquier comida en capas es una Lassagna o incluso un Mil hojas (aunque solo tenga 4 hojas).
Estamos con esto perdiendo un poco el lenguaje gastronómico?, es parte de esta cultura gastronómica nueva, esta reutilización de palabras?
El Carpaccio lo podéis encontrar cortado, en varios sitios, entre ellos el Corte Ingles, Mercadona, y en versión congelada en Congelados La Sirena. El resto es simplemente un chorrito de aceite, unas gotas de limón, unas virutas de parmiggiano reggiano, y sal en escamas. Acompaña bien con un poco de ensalada, o lo que ahora llamaríamos unos brotes verdes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario